Reciclar es convertir materiales de desecho en materia prima u otros productos.

 

Se entiende por reciclar la acción de convertir materiales de desecho en materia prima o en otros productos, de modo de extender su vida útil y combatir la acumulación de desechos en el mundo. El reciclaje reinserta el material de descarte de numerosas actividades industriales, empresariales o del consumo cotidiano, en la cadena productiva, permitiendo que sea reutilizado y disminuyendo la necesidad de adquirir o elaborar materiales nuevos.

No todos los materiales existentes son reciclables, pero un buen número de ellos sí, como el cartón, el vidrio, el aluminio, el papel y ciertos tipos de plásticos, que pueden ser sometidos a diversos procesos de reaprovechamiento y recomenzar su ciclo de utilidad. En otros casos, en cambio, no puede dárseles el mismo uso, pero sí puede dárseles uno distinto en procesos de de construcción, de decoración, de obtención de energía, etc.
Así ocurre con los desechos orgánicos (restos de comida, basura líquida, etc.), que no son reciclables, pero por suerte existen procesos de biodegradación que llevan a cabo una actividad natural equivalente, pudiendo ser utilizados para composting o fabricación de abono.

El reciclaje es una actividad minoritaria de cara a las enormes capacidades de fabricación de materiales nuevos que en nuestro mundo post industrial se ponen en marcha a diario. A menudo es mucho más económico producir algo nuevo que reciclar algo viejo, lo cual hace poco rentable esta actividad tan necesaria en términos ecológicos.